La mañana empezó caminando por Lexington Av. hacia el sur, hacia el downtown donde, en apenas un par de calles, nos encontramos con el Edificio Chrysler, con sus tapacubos y radiadores de coches Chrysler en la parte alta de la fachada del rascacielos.
Después nos acercamos hacia la 5a Avenida, para ir a visitar el Rockefeller Center y subir a su edificio más alto, el TOR (Top Of Rock) y disfrutar de las espectaculares vistas de Manhattan, similares a las de la de primera noche desde el Empire State Building, pero esta vez de día. A pesar de que la visibilidad no era del 100%, por una especie de niebla que se notaba en el ambiente (o nubes, o polución o yo que sé!).
Espectacular, Central Park hacia el norte, Times Square y Broadway hacia el sur.
Al bajar, cruzamos a la acera de enfrente para entrar en la Iglesia de St. Patrick, una "falsa" iglesia gótica, falsa porque es de estilo gótico, pero no es de aquélla época, sino que fue construida mucho después. Atención al reflejo de la Catedral en la fachada de cristal del edifico de al lado.
Después, de nuevo a caminar por la 5a Avenida hacia el norte, donde nos encontramos algunas de las tiendas más lujosas y famosas. En algunas entramos, en otras, no. Prada, Gucci, Armani, Tiffany's,... y por supuesto la tienda de la NBA y la tienda Apple.
Se acercaba la hora de comer y decidimos irnos hacia el sur, en metro, para pillar las entradas del musical en una taquilla de TKTS un poco escondida pero, lo más importante, poco conocida y poco transitada. Nada que ver con la concurrida taquilla de Times Square. En apenas 5 minutos nos hicimos con 2 entradas de "Oschestra" al 50% (unos 70$ cada una) para el musical que queríamos: Chicago!
Una vez compradas las entradas, de nuevo hicimos "ingeniería de metro" para llegar lo más cerca de un Jackson's Hole, restaurante famoso por sus hamburguesas. Llegamos, no había mucha gente y enseguida nos sirvieron. Efectivamente, la fama de las hamburguesas era bien merecida. Grandes, bien hechas, y deliciosas.
Una vez terminadas las hamburguesas, nos volvimos para el hotel a ducharnos y descansar un poco antes de irnos hacia Broadway para ver el musical, que empezaba a las 8.
Dicho y hecho, descansados y cambiados nos dirigimos hacia la zona de Times Square para entrar en el Ambassador Theater, donde se representa el musical Chicago. Una vez dentro, nos llevamos la agradable sorpresa de ver que no es que las entradas estén en buena zona... es que tenemos entradas en primera fila!! Estamos a menos de 1 metro del escenario, teníamos los actores y actrices al lado mismo, les veíamos respirar, actuar, hacer muecas,... vamos, sencillamente impresionante.
El espectáculo estuvo genial, nos gustó mucho, y es una experiencia que, personalmente, recomiendo no perderse si se va a Nueva York.
Cuando salimos del teatro, decidimos acercarnos a otro de los restaurantes que teníamos en la lista de "sitios donde podemos intentar ir", el Buddakan, un asiático situado en un sitio exclusivo, de ambiente super moderno, donde dicen que va la gente moderna de NY. También es conocido por la peli Sexo en Nueva York. La comida estaba bien, platos raros, nada convencionales.
Para volver al hotel decidimos coger un taxi, ya que aún no habíamos cogido ninguno. La experiencia fue... bueno, como decirlo... "entretenida" :) nos debió tocar el taxista más loco de NY, jaja. En todo el trayecto debió mirar hacia delante como 3 veces, nos puso la música (hindú) a tope, no paraba de hablar y nos echamos unas risas. Otra experiencia inolvidable de NY! :)
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